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Recogemos 5 propuestas con las que podemos plantar cara en esta intensa batalla por la información de calidad y evitar ser objeto de las ‘fake news’, la propaganda y la desinformación.
Las ‘fake news’ son la plaga del siglo XXI, consideradas ya por muchos como la mayor amenaza a la democracia de nuestros tiempos. No en vano, el diccionario Collins nombró a las noticias falsas como el término del año, después de que su uso haya aumentado un 365% desde 2016. Al mismo tiempo, la firma de análisis Gartner afirma que, para el año 2022, consumiremos más ‘fake news’ que artículos reales, lo cual creará un problema estructural para diferenciar la verdad de la ficción, lo objetivo de la propaganda.
Samantha Bradshaw (Oxford): “Las ‘fake news’ no necesitan cambiar muchas mentalidades, solo las mentes correctas”
Quizás por todo ello, una misión casi unánime de la sociedad digital pasa por establecer criterios, metodologías y tecnologías que permitan detectar y filtrar estos contenidos falaces. En esas lides, numerosas marcas comerciales, gigantes del sector, startups y desarrolladores anónimos han lanzado en los últimos meses funcionalidades que, ya sea integradas en alguna plataforma, como servicio independiente o como complemento para nuestro navegador, nos permiten saber si estamos ante un medio o contenido de verdad… o hemos caído en la trampa de la posverdad.
A continuación, recogemos 5 propuestas con las que podemos plantar cara en esta intensa batalla por la información de calidad y evitar ser objeto de la propaganda y la desinformación que algunos tratan de inocular en el imaginario colectivo.
Fact-Check (Facebook)
Facebook es una de las empresas a las que más veces se le ha acusado de no poner coto a la propagación de ‘fake news’, como se ha constatado de forma notable en muchas de las últimas campañas electorales a escala global o en votaciones como la del ‘brexit’. Por ello, la red social de Mark Zuckerberg ya ha anunciado que un equipo humano y otros sistemas automatizados están procediendo a la verificación de datos y contenidos en su seno. Al principio, estas labores se limitaban a los textos y enlaces de medios de comunicación, pero desde este verano también se está trabajando en extender la funcionalidad de ‘Fact-Check’ a imágenes y vídeos. Para ello, se emplea la búsqueda inversa de imágenes o el análisis de metadatos de las mismas con el fin de garantizar su autenticidad.
ImgOps
Esta suerte de buscador, con una interfaz poco agradable de utilizar, esconde en su interior un extraordinariamente poderoso motor que nos permite comparar cualquier imagen con otros contenidos similares o detectar anomalías que nos puedan indicar que se trata de un elemento manipulado o falso. Emplea, para ello, la búsqueda inversa de imágenes, el análisis de metadatos, la verificación de las páginas donde ha sido publicada la imagen en un primer nivel o cualquier edición o huellas de montajes que se hayan podido producir.
Fake News Detector
Entramos en la arena de los complementos para navegadores (hablando siempre de Chrome, por ser el más utilizado en todo el mundo, si bien algunos están disponibles también para otras alternativas) con Fake News Detector. En este caso, el sistema marca todas las noticias falsas que podamos encontrar en una página web, incluso dentro de las redes sociales más populares como Facebook. Los tres indicadores empleados son ‘Fake’, ‘Clickbait’ o ‘Probably Fake’.
NewsCracker
NewsCracker es una tecnología de aprendizaje automático y análisis estadístico que permite clasificar la calidad de cualquier artículo, contenido o publicación en una escala del 0 a 10 en función de su vericidad. ¿Qué entiende el sistema por veraz? Tres son los elementos a analizar: precisión, neutralidad del texto y neutralidad del título. La herramienta no es instantánea (tarda algunos segundos en realizar la medición) pero nos permite considerar la credibilidad general de cualquier medio ( a partir de 8 se considera un buen portal para informarse).
FactoidL
Por último, hemos de mencionar FactoidL que utiliza el algoritmo Anaxagoras.En este caso, el sistema separa los hechos del resto de texto para, cogiendo solo la supuesta realidad, compararla con los contenidos publicados en la Wikipedia.Se trata de la apuesta más original y ambiciosa de todas las reseñadas en este artículo, pero cuenta en su contra con los problemas que muchas veces se han registrado en la Wikipedia a la hora de reflejar correctamente la realidad y evitar ser manipulada por terceros.