Foto: Baldesteinemanuel326 (CC BY-SA 4.0)
Dos distritos limeños de la capital, San Isidro y Miraflores, están siendo invadidas por una gran cantidad de scooters eléctricos, como ocurrió en varias ciudades estadounidenses y ahora también latinoamericanas como México DF, Santiago de Chile, Río de Janeiro, Montevideo entre otras. Los usuarios pueden gestionarlas mediante una aplicación que permite localizarlos, desbloquearlos escaneando un código QR y estacionarlos (o tirarlos como actualmente está pasando) en cualquier lugar de la vía pública tras su uso. El precio del desbloqueo es un nuevo sol, y 60 céntimos por minuto de uso.
Entonces ¿Qué son realmente estos scooters? Son aparatos que tienen motores eléctricos con un consumo de 750 watios aproximadamente, cuyo precio de venta oscila entre $200 y $500 de acuerdo al modelo, con fabricación mayoritariamente china, cuyo peso soportado es para llevar a una persona de hasta 90 kilos a una velocidad de hasta 25 km/h. Los problemas de estos tipos de motores es que tendían a sobrecalentarse y luego arder cuando eran recargados u operados, pero a la fecha parecen haberse ya solucionado, y las compañías dedicadas a este rubro afirman estar sometidas a varios estándares que les permiten operarlas de manera segura. La principal compañía que está arriesgándose a iniciar este tipo de negocio ecológico en el Perú es Grin una startup mexicana que actualmente no tiene competencia alguna y que en su ronda de financiación ultima levanto $45.7 millones, provenientes de inversiones de capital de riesgo.
Esta iniciativa de emprendimiento ha provocado que en estas últimas semanas decenas de scooters, obstaculicen el tránsito peatonal sumado al reclamo de ver los peligros que suponen conducirlo a una velocidad de 25 km/h, en aceras que se comparten con peatones, y que lamentablemente ya produjo un primer atropello. Razón por la cual el distrito de Miraflores basándose en la Ordenanza N° 480/MM que prohíbe el estacionamiento de unidades sin placa, incauto decenas de monopatines. Al mismo tiempo San Isidro suspendió el servicio por incumplimiento del Acta de Compromiso de Grin, de no circular en vías metropolitanas. Y finalmente el estacazo final lo dio el Ministerio de Transporte y Comunicaciones mediante la Resolución Ministerial N° 308-2019 que prohíbe a nivel nacional, la circulación de los scooters eléctricos en veredas, pasajes, áreas verdes y pasos peatonales.
Las normas que tratan de regular el buen uso de estos patinetes eléctricos se convierte en un “saludo a la bandera” a la hora de utilizarlos: la compañía sugiere el uso del casco, afirman que es preciso ser mayor de edad, tener carnet de conducir, piden que se dejen en los estacionamientos destinados para no bloquear las aceras, que se circule por ciclovías y no por las veredas… pero en la práctica nada de nada, los patinetes son utilizados por cualquier persona, con o sin casco, lo manejan por donde se le dé la regalada gana para luego finalmente tirarlos en cualquier sitio.
El problema no está en los patinetes eléctricos, sino en la falta del uso consciente por parte de los usuarios, pretender prohibir y limitar su circulación con normas y trabas burocráticas, es atentar contra una alternativa de movilidad tecnológicamente válida, limpia y ecológicamente sustentable. Achacar de incumplimiento a ciertas ordenanzas municipales, que estaban diseñadas para ser de imposible cumplimiento es afirmar que es más fácil prohibir y limitar innovación que capacitar en concientización.